Herencia

Herencia

Ellas que indagan y cuestionan

las que incomodan e insisten

las que dan voz a los ausentes,

van y vienen repitiendo como en coros in-mortales

alcanzando tonos epifánicos tras el eco que incesante replica:

«Que nos los devuelvan vivos, porque vivos se los llevaron»-

En los años ochenta hicieron rondas y plantones

tomando ejemplo de las luchadoras contra el olvido y el silencio de Plaza de Mayo.

Marcharon como heroínas, ante ejércitos mortuorios,

habitando las desiertas calles de la democracia.

Las señalaron de ser «el enemigo interno»

de un Estado que pretendía su silencio.

Ellas no callaron y gritaron con más fuerza

haciéndose sentir más allá de las fronteras.

Recopilaron nombres, hicieron listados,

reconstruyeron vidas y volvieron a denunciar

hasta que su grito se hizo ley,

descubrieron que el papel y sus decretos eran insuficientes,

promovieron a su vez la creación de mecanismos, herramientas e instituciones nuevas,

con el sublime objetivo de encontrarles.

Se multiplicaron, crecieron y también envejecieron,

algunas fallecieron y otras estoicas en pie de lucha

siguen preguntando:

y los desaparecidos dónde están?

Y ahí con sus lágrimas en derivas

y espirales trazando cauces

nos fueron encausando,

marcando el trayecto que recorren los ríos de la dignidad.

Esas voces, esos llantos,

esos gritos y esos cantos

esas memorias tercas que recuerdan

que encontrar a los desaparecidos es tarea primordial

para cesar el sufrimiento

para alcanzar el sueño de la anhelada verdad.

Una herencia incalculable,

son ejemplo universal.


 

el recital video – poético que transita por las memorias de quienes son exiliados e inxiliados a causa del conflicto. Erik Arellana Bautista, poeta, documentalista, periodista y director de Inxilio, fusiona la poesía, la música, las artes visuales y los testimonios de víctimas y sobrevivientes del conflicto, para darle vida a historias de colombianos que viven exiliados en su propia tierra, conjugando sus experiencias propias a raíz de la violencia que vivió en «carne propia» cuando su madre, Nydia Erika Bautista, militante de la guerrilla del M-19, fue desaparecida y asesinada por agentes del estado el 30 de agosto de 1987. Una obra que, a través del arte, invita a la defensa de los derechos humanos, como la búsqueda de la verdad y la justicia. Donde los visitantes podrán transitar por los recuerdos y memorias de las víctimas, que tuvieron el coraje de hablar y compartir sus experiencias.

Seis para las siete

Los días grises como hoy lunes,

llevan el recuerdo de personas que conocimos

o de poetas que leímos

y nos llevaron a descubrirnos como somos,

fragmenticos de otros que se armaron bajo la piel,

y se fueron pegando con la textura de la miel y de la sangre,

como aquella con la que bañados nacemos.

Los días grises como hoy lunes de agosto,

me bañan el corazón con la misma sangre

de algunos campesinos

que perecen mientras cultivan la tierra

para darnos otros pedacitos

de tierra y agua dulce,

fruta fresca que sacia nuestra sed

y calma nuestros ayunos,

gentes desconocidas vienen a mi plato y a mi mesa.

Así me voy haciendo mayor y entre letras,

busco el espejo de este instante

en el que preferí escapar del mundo

cosiendo letras y palabras,

para hacerme libre en goticas de tinta negra,

como la piel de los que nunca cruzaron la frontera,

granos de sal y arena,

conchas, corales y perlas refundidos en la tormenta.

Desde el entrecielo de mi ventana

con sus nubarrones baña

la tarde de lunes sin pescadores

porque los llevaron presos

por salvar vidas ajenas

donde abundan peces muertos

en bandejas y en canecas,

puerto de peces carnívoros que no son pirañas.

Hilos de gente ignorada,

van haciendo cuestionarme

dónde está la humanidad

entre tantos millones de personas,

cuántas quedan para que unamos

nuestra esencia y nuestras presencias

cambiando el nombre a este lunes:

ni cielo ni luna ni sol,

ni darle gusto a este agosto trágico

donde siguen muriendo miles,

porque hablan, piensan e insisten,

que el fin del mundo no llegó,

que apenas es el inicio

de una nueva noche donde alumbren

corazones como luciérnagas

que sueñan martes sin guerras.

 



 

Sigo haciendo caso omiso
sigo andando sin permiso
transitando libre sin horarios
de burócratas y funcionarios
de empeñados al sistema
condenados por esquemas.
Sigo rodando cual piedra
lanzando epopeyas
recogiendo condenas.
Aquí estoy perdido en una esquina sin fronteras
ya sé que en los minutos me espera
el recuerdo siempre de mis padres
que yacen bajo tierra
la esperanza de mis hermanos adoptivos
de otros hermanos de pueblo como ella quisiera
y me persigue mi condena.
Qué decirles que no hay peces
que sobrevivan en la etérea tierra.
Que un niño de hambre llora
y su canto se convierte en agua estéril.
Que voy cargando con las contradicciones de este sistema inútil.
Y no voy,
no quiero ir a la guerra,
a matar al hijo de María, ni de Juana,
al heredero de Pablo,
al vendedor de hechicerías pendencieras.
Nada cambia escribió el poeta
nos queda un réquiem
por los que vivos parecieren por los que perecen
sin saberlo, sin merecerlo,
quién nos metió en este endiablado crimen,
quién me ha de decir que no merezco la hoguera
la población civil es siempre la que lleva.
Si estamos sumergidos en smock, balas, plomo y represión
dicen que las prácticas rituales de mis antecesores condenadas fueron,
porque no se largan a otro planeta
y nos dejan sembradores
artesanos y poetas exiliados de la república bananera.
Desde la montaña
en las fronteras
en pie de lucha
la vida reclama
respeto, dignidad y autodeterminación.
Nuestro es el grito
es sentimiento vivo
que le exige a las multinacionales
que paren ya la explotación
la neocolonización
el exterminio y la corrupción
que no aceptamos sistemas económicos por políticos,
basados en el exterminio,
pues las tierras no son de su dominio.
Exigimos reforma agraria
No al latifundio, tierra para quien la trabaja.

 

En las ciudades condenadas al olvido,

siempre hay alguien que se atreve a recordar,

en las ciudades donde reina la impunidad,

siempre hay alguien que reclama:

memoria, justicia y verdad

en las ciudades llenas de publicidad

siempre hay alguien con imágenes de la realidad.

En los pueblos donde todo fue borrado,

de forma sistemática por agentes del estado,

siempre hay alguien que dibuja y escribe

los nombres de quienes no han regresado.

En los campos donde siembran miedo y terror

los «señores de la guerra»

siempre hay alguien que cultiva lucha y esperanza.

En los valles convertidos en desiertos

a donde no logran regresar los desterrados

mientras mueren de hambre en las zonas marginales,

hay alguien que comparte siempre

nuestro pan del día a día.

La memoria camina descalza,

ofrendando huellas de dignidad,

que enseñan el camino hacia la libertad.

No te pierdas amigo en este laberinto,

pon a funcionar mucho más que tu instinto.

Piensa distinto a las leyes del mercado

son ellos quienes se han equivocado,

y es por eso que les hemos convocado

a inventar un futuro diferente!


 

Sigo haciendo caso omiso

Sigo haciendo caso omiso sigo andando sin permiso transitando libre sin horarios de burócratas y funcionarios de empeñados al sistema condenados por esquemas.

Sigo rodando cual piedra lanzando epopeyas recogiendo condenas

Aquí estoy perdido en una esquina sin fronteras
ya sé que en los minutos me espera
el recuerdo siempre de mis padres que yacen bajo tierra la esperanza de mis hermanos adoptivos
de otros hermanos de pueblo como ella quisiera
y me persigue mi condena.

Qué decirles que no hay peces
que sobrevivan en la etérea tierra.
Que un niño de hambre llora
y su canto se convierte en agua estéril. Que voy cargando con las contradicciones de este sistema inútil.

Y no voy,
no quiero ir a la guerra,
a matar al hijo de María, ni de Juana,
al heredero de Pablo,
al vendedor de hechicerías pendencieras.

Nada cambia escribió el poeta
nos queda un réquiem por los que vivos parecieren por los que perecen
sin saberlo, sin merecerlo,
quién nos metió en este endiablado crimen,
quién me ha de decir que no merezco la hoguera la población civil es siempre la que lleva.

Si estamos sumergidos en smock, balas, plomo y represión dicen que las prácticas rituales de mis antecesores condenadas fueron,
porque no se largan a otro planeta

y nos dejan sembradores
artesanos y poetas exiliados de la república bananera.

Desde la montaña
en las fronteras
en pie de lucha
la vida reclama
respeto, dignidad y autodeterminación.

Nuestro es el grito
es sentimiento vivo
que le exige a las multinacionales
que paren ya la explotación
la neocolonización
el exterminio y la corrupción
que no aceptamos sistemas económicos por políticos, basados en el exterminio,
pues las tierras no son de su dominio.
Exigimos reforma agraria
No al latifundio, tierra para quien la trabaja.


él y ella, nosotros, hicimos una cita, un pacto, nos dimos un abrazo y nos sentamos a fumar un porro.

Abrió la cajita musical y dio vuelta a la manija, en la habitación contigua sonaba una canción y se conectaba como un murmullo bajo la puerta metálica en un viaje de licor y hierba. Tenía una cita con E desde varios años atrás que no tenía fecha definida. M lograba de alguna manera mantener el contacto para no perderse de vista, como se pierden incluso quienes han compartido un hogar durante extenso tiempo. En ellos no había un trato sino un pacto. Por ello, envueltos entre letras, diarios, poemas, anécdotas y amores furtivos sabían que había que trascender. Si tienen pies debían echarse a andar, no eran árboles al borde de un camino a quienes la vida les pasa por el frente.

Los dos habían decido vivir, con las consecuencias que esto tuviera. Durara lo que durara, en el acto de la vida no había que perder el tiempo en nimiedades. Todas las vanidades junto a la sencillez, se sabían bellos y conquistadores y disfrutaban de sus imperfecciones, de sus defectos que eran objeto de su propio humor y que servían de tema en las conversaciones acaloradas con amigos y colegas. Tenían la educación básica para dialogar con cualquier maleante de esquina y la formación técnica para desenvolverse en diversos oficios y una gran capacidad para las relaciones sociales. También eran poseedores una cualidad que sus invitados o anfitriones sabían de disfrutar, bailar hasta morir de felicidad junto a algún cuerpo y al mismo tiempo lograr llegar al gozo de su soledad frente a un cuaderno, o un libro, una botella de licor o un cigarro de dulce hierba.

Había caído la noche, en la terraza de la casa salieron a fumar otra vez. La muerte del padre de M, que era el abuelo de E los había convocado a la casa familiar. Después de varios años en los que cada uno había decidido alejarse de ese lugar buscando una mejor suerte. Tras la muerte de la hermana mayor de M, que era la madre de E.

A M lo buscaban las Autoridades por haberse metido en una majestuosa cena a envenenar a la cúpula de maleantes más bárbara de la ciudad en su propio club. A E lo buscaban por haber planeado el asalto a una institución monetaria que se concretó con éxito en un acto impecable de 10 minutos y sin que nadie saliera lastimado y ni se hubiesen percatado del espectacular asalto, hasta que varias semanas después hicieron contraloría y una supervisión de los depósitos en las bodegas en las que se suponía estaban los valores. Con una sonrisa entró por el lugar y con gran confianza sonrió a los empleados, entregó una suma de dinero y recibió diferentes tarjetas y cheques viajeros. Su sonrisa brillaba aún más que cuando entró al lugar.

Los dos, M y E habían conversado tras la Muerte de la mujer que en lazos de sangre les unía y en cuyo nombre habían jurado vengarse, que encontrarían a los autores materiales e intelectuales de su muerte y sin disparar una solo bala, les enseñarían a todos los miembros de esa organización delincuencial un gran ejemplo de lo que sufrirían lentamente por el daño que les habían causado a los miembros de su familia por haberse atrevido a violentar a N y de paso revindicarían su propia dignidad.

El dinero de la acción fue “extraído y recuperado” como ellos lo definían, de fiestas en las que se divertían con polvos mágicos y otros alucinógenos los hijos de los maleantes, en fiestas con dj famosos y en cenas pomposas que culminaban empatando con licor y sexo en los rincones y en las habitaciones dispuestas como reservados. Se habían ganado la confianza de los escoltas y de la seguridad de las hijas al contarles en susurros en la puerta al entregarlas aparentemente intactas a sus “protectores”.

De esa manera consiguieron nombres, direcciones, referencias. Durante años lograron tener infiltrados a dos Barman en el club. Ellos eran los oídos frente a la barra de bebidas, nunca les explicaron porque les habían conseguido este trabajo a los dos hombres a los que les gustaba el dinero y eran capaces de alquilarse por un botín considerable para el oficio que fuera necesario. M llegó por recomendaciones personales y solicitudes de algún joven que pronto sería ministro a ser jefe de alimentos y bebidas del Club. Al joven le gustaban los cuerpos musculosos y las relaciones cortas, tan cortas como los encuentros casuales que se pueden dar en los baños, en los salones de clase, o los atardeceres de la ciudad. Al futuro ministro le tenían un compromiso a la vista y un futuro asegurado, por eso se podía permitir esos pequeños favores del club de maleantes. A cambio recibiría esos detalles por parte de M quien le ayudaba a concertar esos encuentros que además e iban con diversas dosis de alucinógenos y múltiples dosis, que el candidato a ministro se gastaba en reuniones con su prometida y los otros futuros ministros y cancilleres, embajadores y la élite política de la ciudad y el país. El postulante a ministro era el puente entre la mafia y la clase política.

M iba tomando nota de los alimentos que durante un año seguido eran rechazados en las celebraciones de la mafia, les puso el nombre de ”alergias” y hacía anotaciones en sus diarios personales y en sus cuadernos de recetas. E con el dinero de las fiestas logró hacerse al reconocimiento necesario para que los del gobierno le convocaran organizar la celebración del día de la Raza como le decían los viejos padres de los futuros ministros que eran los mismos dueños de la institución monetaria que fue asaltada por E.  Contra esa rosca había luchado N. la Madre de E y hermana de M y por eso la habían raptado y asesinado. Tras la muerte de A debían regresar y no podían ya escapar a su fusilamiento. Sabían que esa noche, en la antigua casa serían emboscados. Y ahí estaban rodeados. Oliendo a miedo. Que no es dulce como la hierba. Ni ardiente como el licor.


Somos hijos e hijas de los guerreros que derrotaron las tiranías
en estas tierras sagradas,
nuestra bandera está enlutada! Decimos No a los transgénicos

al glifosato, a las fumigaciones,
a la privatización de los parques nacionales, al tratado de libre comercio ALCA
al plan puebla panamá,
a los bombardeos
al canal Atrato -Truandó,
a las bases militares gringas fuera de la USA al banco mundial
al fondo monetario internacional
al plan patriota
al plan Colombia
al plan victoria

Mientras siembran palma africana
y destierran afrocolombianos
Aquí estamos junto a los Uwa, contra la Esso Junto a los Embera Katio contra Urra s.a
con las comunidades de paz
recordando a las víctimas
sin olvidar ni perdonar!



Respira aire nuevo,

dejaron ya de replicar las ráfagas.

Bebe fresca el agua del río,

no va manchada de sangre.

Aliméntate del paisaje,

hemos sellado las puertas al hambre de las guerras.

diremos que ante nuestra mirada hay un lugar común

que nos habita y que podemos habitar.

Las víctimas y los muertos serán semilla,

sin olvidarles danzaremos al son de las guitarras libres,

su sangre será pensamiento hecho canción,

las notas de la memoria para la próxima generación.

Adelante de tus pasos, con la palabra sostenida

nos daremos el abrazo que nuestro cuerpo necesita,

un encuentro sin odios, sin temor a vernos juntos

alzando con dignidad las banderas de la paz.