Sigo haciendo caso omiso
Sigo haciendo caso omiso sigo andando sin permiso transitando libre sin horarios de burócratas y funcionarios de empeñados al sistema condenados por esquemas.
Sigo rodando cual piedra lanzando epopeyas recogiendo condenas
Aquí estoy perdido en una esquina sin fronteras
ya sé que en los minutos me espera
el recuerdo siempre de mis padres que yacen bajo tierra la esperanza de mis hermanos adoptivos
de otros hermanos de pueblo como ella quisiera
y me persigue mi condena.
Qué decirles que no hay peces
que sobrevivan en la etérea tierra.
Que un niño de hambre llora
y su canto se convierte en agua estéril. Que voy cargando con las contradicciones de este sistema inútil.
Y no voy,
no quiero ir a la guerra,
a matar al hijo de María, ni de Juana,
al heredero de Pablo,
al vendedor de hechicerías pendencieras.
Nada cambia escribió el poeta
nos queda un réquiem por los que vivos parecieren por los que perecen
sin saberlo, sin merecerlo,
quién nos metió en este endiablado crimen,
quién me ha de decir que no merezco la hoguera la población civil es siempre la que lleva.
Si estamos sumergidos en smock, balas, plomo y represión dicen que las prácticas rituales de mis antecesores condenadas fueron,
porque no se largan a otro planeta
y nos dejan sembradores
artesanos y poetas exiliados de la república bananera.
Desde la montaña
en las fronteras
en pie de lucha
la vida reclama
respeto, dignidad y autodeterminación.
Nuestro es el grito
es sentimiento vivo
que le exige a las multinacionales
que paren ya la explotación
la neocolonización
el exterminio y la corrupción
que no aceptamos sistemas económicos por políticos, basados en el exterminio,
pues las tierras no son de su dominio.
Exigimos reforma agraria
No al latifundio, tierra para quien la trabaja.