La nota que rebota,
en cada esquina fluye de sudor una gota, una lágrima, de sangre una derrota.
Nuestros jóvenes asesinados, una madre la vida implora
de aquel que otrora
un alma, un espíritu, un soplo, un sentimiento impusiera
en el latido una nota o gota, constante escribe con roja letra.
No es simplemente un acto solitario la caída de un joven a diario
en cada esquina
la juventud declina,
ante el odio certero
de uno llamado pandillero, rencillas,
no aparece la justicia,
para mediar estos cuchillos.
La educación
debe ser para quienes en nombre del poder permiten y promueven,
o se esconden para no responder
ante estas diferencias
que acaban en un cementerio.
Cierta información
de teléfono roto
de llamada interceptada,
difunde desvaríos
de jóvenes que han preferido delinquir,
morir,
sufrir,
junto con sus madres
que un día los tuvieron que parir.